La experiencia Erasmus es una de las mejores experiencias que puedes hacer. Al fin y al cabo puede parecer que en verdad es algo en que te arriesgas para nada, porque lo que puedes hacer allí lo puedes hacer aquí. Pero el hecho de ir a vivir solo, tener que sobrevivir en otro país y organizarte por cuestiones de comida y dinero, es una experiencia que te enriquece por dentro. Y no solo eso: te enseña a que tú, en verdad, si quieres puedes.
Yo elegí Irlanda, un país bastante diferente en comparación con España. O al menos es lo que se puede llegar a creer, porque es verdad que, aunque sean culturas diferentes, la gente es muy amigable y se parece mucho a la española, lo que hablando otro idioma y mucho mas callados. También cabe recalcar que si quieres encontrar españoles hay un montón en Dublín o grupos para hacer actividades que al final no te da la sensación de estar solo. Es un sitio precioso donde te lo pasarás genial y, aparte de hablar inglés (aprendiendo a la fuerza), es un sitio con una naturaleza increíble que no podría haber disfrutado tanto si no hubiera hecho esta experiencia Erasmus. A lo mejor hubiera ido de vacaciones una semana, pero nunca tanto tiempo seguido y me ha encantado. Dejaré fotos de sitios increíbles de un país tan verde, así como de su variado tiempo:
Me ha tocado ir con dos compañeros desde Mallorca y la verdad que me he hecho muy amigo de ellos y los quiero un montón. También he hecho nuevos amigos irlandeses y hispanohablantes, desde luego tendré que volver para verlos.
Mis prácticas fueron en una clínica dental que no se diferencia mucho de las de España. Me han tratado genial y súper cálido, todo lo contrario a lo que esperaba. Esperaba que al ser de diferente país pensaran: “Como se queda un tiempo, pues no le hacemos mucho caso”. Pero me han enseñado inglés y me han tratado como uno más. También estaban muy pendientes de mi y de lo que necesitaba.
En conclusión, una experiencia inolvidable en un país muy completo y precioso. La volvería a repetir, sin duda.
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